sábado, 22 de noviembre de 2008
Se pocas cosas, pero todas tienen que ver con amar y ser amado. Con respetarse y aceptarse. Ninguna de esas tiene que ver con someterse sino con aprender y tolerar. ¿Sera que amar no se trata de fundirse y perderse en el otro? ¿Sera que se trata de dos individuos que crecen juntos? Aceptar al otro es tenerle fe. Respetar sus tiempos, sus espacios, entender su silencio y esperar sus señales. Para aceptar primero hay que conocer lo que se ve del otro y lo que no se ve. Y así puedo decir te conozco, y porque te conozco te elijo, y porque te elijo te acepto, y porque me aceptas soy feliz. También acepto la sorpresa porque siendo vos, al volver a casa ya no encontrare todo como deje. Habrá otro, con su mundo, un mundo que engrandece el mío. Hay que saber cual es el deber y el haber. Aceptar al otro es aceptar lo mejor de nosotros mismos, porque quien nos elige nos devuelve puro amor, amor por amor y a semejante amor por supuesto digo: sí, acepto.